INTRODUCCIÓN A LAS NORMAS Y PROCEDIMIENTOS DE AUDITORIA
1. ESTRUCTURA DE LAS NORMAS Y PROCEDIMIENTOS DE AUDITORIA (NPA’S)
Las
normas de auditoria son los requisitos mínimos de calidad relativos a la
personalidad del auditor, al trabajo que desempeña y a la información que rinde
como resultado de este trabajo.
Las
normas de auditoria se clasifican en:
a) Normas personales
b) Normas de ejecución del trabajo
c) Normas de información
Normas personales
Las
normas personales se refieren a las cualidades que el auditor debe tener para
poder asumir, dentro de las exigencias que el carácter profesional de la
auditoría impone, un trabajo de este tipo. Dentro de estas normas existen
cualidades que el auditor debe tener preadquiridas antes de poder asumir un
trabajo profesional de auditoría y cualidades que debe mantener durante el
desarrollo de toda su actividad profesional.
Entre las más importantes se encuentran:
·
Entrenamiento
técnico y capacidad profesional
El
trabajo de auditoría, cuya finalidad es la de rendir una opinión profesional
independiente, debe ser desempeñado por personas que, teniendo título
profesional legalmente expedido y reconocido, tengan entrenamiento técnico
adecuado y capacidad profesional como auditores.
·
Cuidado
y diligencia profesional
El
auditor está obligado a ejercitar cuidado y diligencia razonables en la
realización de su examen y en la preparación de su dictamen o informe.
·
Independencia
El
auditor está obligado a mantener una actitud de independencia mental en todos
los asuntos relativos a su trabajo profesional.
Normas de ejecución del trabajo
Al
tratar las normas personales, se señaló que el auditor está obligado a ejecutar
su trabajo con cuidado y diligencia. Aun cuando es difícil definir lo que en
cada tarea puede representar un cuidado y diligencia adecuados, existen ciertos
elementos que por su importancia, deben ser cumplidos. Estos elementos básicos,
fundamentales en la ejecución del trabajo, que constituyen la especificación
particular, por lo menos al mínimo indispensable, de la exigencia de cuidado y
diligencia, son los que constituyen las normas denominadas de ejecución del
trabajo.
· Plantación y supervisión
El
trabajo de auditoria debe ser planeado adecuadamente y, si se usan ayudantes,
éstos deben ser supervisados en forma apropiada.
·
Estudio
y evaluación del control interno
El
auditor debe efectuar un estudio y evaluación adecuados del control interno
existente, que le sirvan de base para determinar el grado de confianza que va a
depositar en él; asimismo, que le permita determinar la naturaleza, extensión y
oportunidad que va a dar a los procedimientos de auditoria.
·
Obtención
de evidencia suficiente y competente
Mediante
sus procedimientos de auditoria el auditor debe obtener evidencia
comprobatoria suficiente y competente en el grado que requiera para suministrar
una base objetiva para su opinión.
Normas de información
El
resultado final del trabajo del auditor es su dictamen o informe. Mediante él,
pone en conocimiento de las personas interesadas los resultados de su trabajo y
la opinión que se ha formado a través de su examen. El dictamen o informe del
auditor es en lo que va a depositar la confianza de los interesados en los
estados financieros para prestarles fe a las declaraciones que en ellos
aparecen sobre la situación financiera y los resultados de operaciones de la empresa. Por último,
es principalmente, a través del informe o dictamen, como el público y el
cliente se dan cuenta del trabajo del auditor y, en muchos casos, es la única
parte, de dicho trabajo que queda a su alcance.
Esa
importancia que el informe o el dictamen tienen para el propio auditor, para su
cliente y para los interesados que van a descansar en él, hace necesario que
también se establezcan normas que regulen la calidad y requisitos mínimos del
informe o dictamen correspondiente. A esas normas las clasificamos como normas
de dictamen e información y son las que se exponen a continuación.
·
Aclaración
de la relación con estados o información financiera y expresión de opinión
En
todos los casos en que el nombre de un contador público que de asociado con
estados o información financiera, deberá expresar de manera clara e inequívoca
la naturaleza de su relación con dicha información, su opinión sobre la misma y
en su caso, las limitaciones importantes que haya tenido su examen, las
salvedades que se deriven de ellas o todas las razones de importancia por las
cuales expresa una opinión adversa o no puede expresar una opinión profesional
a pesar de haber hecho un examen de acuerdo con las normas de auditoria.
·
Bases
de opinión sobre estados financieros
El
auditor, al opinar sobre estados financieros, debe observar que:
a) Fueron preparados de acuerdo con
principios de contabilidad;
b) dichos principios fueron aplicados
sobre bases consistentes;
c) la información presentada en los mismos
y en las notas relativas, es adecuada y suficiente
para su razonable interpretación.
Por
lo tanto, en caso de excepciones a lo anterior, el auditor debe mencionar
claramente en qué consisten las desviaciones y su efecto cuantificado sobre los
estados financieros.
En
boletines específicos se establecen los pronunciamientos relativos a las normas
personales, de ejecución de trabajo y de información.
Vigencia
OBJETIVO Y LA NATURALEZA DE LA AUDITORIA DE ESTADOS FINANCIEROS
Para
los propietarios, acreedores y terceros interesados en una empresa resulta de
primordial importancia, contar con información útil y confiable para la toma de
decisiones adecuadas.
En
virtud de que los estados financieros constituyen un instrumento utilizado por
la administración de una empresa para dar a conocer información de carácter
económico sobre la entidad, nace la conveniencia de que un profesional
independiente revise su contenido, a través de una auditoría, para determinar
su grado de confiabilidad.
Dado
que los resultados de una auditoría, generalmente trascienden no sólo con quien
contrata directamente este servicio, sino ante el público en general, es por ello
que debido a esta responsabilidad de carácter social, el auditor debe basar su
trabajo tanto en el empleo de un juicio maduro y la aplicación de una técnica
especializada, como en la observancia de determinados lineamientos que permitan
que su actuación pueda reunir requisitos mínimos de calidad profesional.
Objetivo de la Auditoría de Estados
Financieros
La
finalidad del examen de estados financieros, es expresar una opinión
profesional independiente, respecto a si dichos estados presentan la situación
financiera, los resultados de las operaciones, las variaciones en el capital
contable y los cambios en la situación financiera de una empresa, de acuerdo
con los principios de contabilidad, aplicados sobre bases consistentes.
La
opinión del auditor, por ser independiente a la de la administración de la
empresa, y el resultado de la aplicación de normas que controlan la calidad que
debe reunir el trabajo e información que emite este profesional permite
incorporar credibilidad al contenido de los estados financieros examinados.
La
auditoría de estados financieros no tiene por objetivo el descubrir errores e
irregularidades, por lo que debido a las características propias de su
realización y a las limitaciones que ofrece cualquier sistema de control interno
contable, existe un riesgo inevitable de que algunos errores o irregularidades
puedan permanecer sin descubrirse; sin embargo, la responsabilidad del auditor
nace con el hecho de que los mismos debieron haber sido detectados y no lo
fueron, por no haberse cumplido con las normas de auditoría generalmente
aceptadas. Cualquier indicio de que algún error o irregularidad pudiera haber
ocurrido provocando una distorsión importante en los estados financieros
sujetos a examen, obligaría al auditor a ampliar sus procedimientos de revisión
para confirmar o disipar sus apreciaciones, dado que pudiera verse afectada su
opinión sobre la racionabilidad de estos mismos estados.
Responsabilidad en la preparación de los
estados financieros
La
auditoría de estados financieros no releva a la administración de sus
responsabilidades, El auditor únicamente es responsable de formarse y expresar
una opinión sobre los estados financieros, la responsabilidad en cuanto a la
preparación de los mismos y de sus notas aclaratorias recae en la
administración de la
entidad. La responsabilidad de la administración incluye el
mantenimiento de registros contables y de controles internos adecuados, la
selección y aplicación de políticas de contabilidad, así como la salvaguarda de
los activos de la entidad.
Para
que el auditor pueda formarse una opinión sobre los estados financieros, deberá
cubrir todos los aspectos de importancia de los mismos, para lo cual deberá
obtener una seguridad razonable mediante la aplicación de procedimientos de
auditoría, de que la información que muestran los registros contables que
sirvieron de base para su elaboración, es suficiente, confiable y que se
encuentra revelada adecuadamente en los mismos, de acuerdo a su importancia y
conforme a principios de contabilidad aplicados sobre bases consistentes.
Dado
que no es práctico examinar la totalidad de las operaciones de una empresa, el
auditor deberá aplicar sus procedimientos de revisión, a base de pruebas
selectivas.
El
alcance o extensión de las pruebas a que debe sujetarse el examen de los
estados financieros, así como la naturaleza y oportunidad de los procedimientos
de revisión, se debe determinar de acuerdo al criterio, basándose en los
siguientes aspectos:
a) Los resultados que obtenga del estudio
y evaluación del control interno contable.
b) La importancia de los saldos o partidas
a examinar.
c) El riesgo probable de error que puedan
contener los estados financieros sujetos a examen.
Dado
que gran parte de la evidencia comprobatoria, es más de naturaleza persuasiva
que concluyente, el criterio es indispensable en todo el trabajo del auditor,
tanto al determinar sus procedimientos de revisión, como al evaluar los juicios
adoptados por la administración en la preparación de los estados financieros.
2.
NORMAS
PERSONALES
Generalidades
Las
normas personales se refieren a las cualidades que el auditor debe tener para
poder asumir, dentro de las exigencias que el carácter profesional de la
auditoría impone, un trabajo de este tipo.
Dentro
de estas normas existen cualidades que el auditor debe tener pre-adquiridas antes de poder asumir un trabajo profesional de auditoría y cualidades que debe
mantener durante el desarrollo de toda su actividad profesional.
Entrenamiento técnico y capacidad
profesional
El
entrenamiento técnico básico que se logra mediante el cumplimiento de los
requisitos académicos que culminan con la obtención del título de contador
público, debe complementarse con su aplicación práctica bajo la dirección de
auditores experimentados durante un periodo razonable.
El
entrenamiento técnico básico se logra por el cumplimiento de los requisitos
escolares establecidos en las instituciones de calidad reconocida que ofrecen
los estudios conducentes a la carrera de contador público. La adquisición de
los conocimientos académicos y la habilidad básica ha sido reconocida como uno
de los requisitos fundamentales en todas las profesiones y suministra una base
firme para estimar, por lo menos, el cumplimiento mínimo de los requisitos de
preparación. Por consiguiente, el primer paso para cumplir con la norma de
entrenamiento técnico y capacidad profesional es la adquisición de un título de
contador público expedido por una institución reconocida.
No
basta la preparación académica conducente a la obtención del título de contador
público. La auditoría y el ejercicio de las actividades propias de esta
profesión, requieren un acopio de conocimientos, habilidades y madurez que es
muy difícil transmitir por la mera preparación escolar. Debe pues, completarse
la preparación escolar con una preparación adquirida en la práctica
profesional. Es conveniente que el contador público que termina sus estudios,
complete su preparación mediante un periodo razonable de práctica bajo la
dirección de un auditor profesional experimentado. Resulta difícil determinar
el tiempo que esa experiencia debe abarcar. Este tiempo es variable, ya que
depende tanto de las propias capacidades naturales del candidato como del tipo
de problemas a que se enfrente en su experiencia dirigida y del grado de
responsabilidad que asuma en los trabajos desarrollados.
La
vida de los negocios cambia continuamente y la investigación hace que los
conocimientos técnicos avancen constantemente. Por lo tanto, es necesario, para
que el auditor conserve el entrenamiento técnico que requiere, que se mantenga
en una continua revisión de sus conocimientos para estar al corriente de los
avances de las disciplinas que afectan su actividad. El contacto permanente y
fructífero con la literatura de la profesión como son: libros y revistas
técnicas, principalmente; la asistencia a seminarios técnicos y cursos de
actualización de su profesión; el contacto activo y la participación en los
esfuerzos y estudios de sus organizaciones profesionales, y el contacto con el
desarrollo profesional de otros países.
La
capacidad profesional implica alcanzar madurez de juicio, la que se logra
fundamentalmente mediante el entrenamiento sistemático a los problemas
inherentes a su actividad profesional y la elección de la solución adecuada a
esos problemas.
La
capacidad profesional no se adquiere definitivamente, en una sola vez; requiere
de una actividad posterior como es el enfrentamiento a problemas y su solución
atinada, así como contacto con auditores de mayor experiencia.
Cuidado y Diligencia Personal
El
auditor, deberá desempeñar su trabajo, con meticulosidad cuidado y esmero,
poniendo siempre toda su capacidad y habilidad profesional, con buena fe e
integridad.
Para
que el profesional cumpla su compromiso implícito con su clientela y con la
sociedad, no basta que tenga la capacidad para el desarrollo de las actividades
de su profesión. Es necesario, además, que en el desempeño de su trabajo ponga
la atención, el cuidado y la diligencia que humanamente pueden esperarse de una
persona con sentido de responsabilidad.
El
auditor, como todo profesional, no es infalible y por ello no es responsable por
meros errores de juicio.
La
actividad profesional, como todas las actividades humanas, está sujeta a la
condición general de la falibilidad humana. Pero los márgenes de esa
falibilidad deben ser reducidos, por el compromiso profesional adquirido, al
mínimo posible, para lo cual se requiere que el auditor, al desempeñar su
trabajo, lo haga con meticulosidad, con el cuidado y dedicación que son de
esperarse de una persona que ha asumido actividades de carácter profesional.
Independencia
El
contador público no podrá actuar como auditor en aquellos casos en los que
existan circunstancias que pueda esperarse que influyan sobre su juicio
objetivo y que, por consiguiente, reduzcan su independencia mental, o en
aquellos casos en los que las circunstancias puedan establecer en la mente
pública una duda razonable sobre su independencia y objetividad. El Código de Ética
Profesional define las circunstancias particulares en que se considera que no
hay independencia ni imparcialidad para emitir una opinión profesional.
La
actividad profesional del auditor tiene, además de los requisitos comunes a
otras profesiones, un requisito profesional derivado de su propia naturaleza.
El auditor es llamado para dar su opinión con respecto a información financiera
formulada por una empresa. En este sentido el auditor juzga el trabajo
realizado por las personas que prepararon dicha información para que ésta pueda
ser adecuadamente utilizada por los interesados.
Para
que la opinión del auditor sea útil, es necesario, que, además de estar fundada
en su capacidad profesional, sea emitida con independencia mental. Se entiende
que existe independencia mental en una persona, cuando sus juicios se fundan en
los elementos objetivos del caso. No existe independencia mental cuando la
opinión o el juicio son influidos por consideraciones de orden subjetivo.
La
independencia mental es, evidentemente, una cuestión relativa al fuero interno.
Hablando estrictamente, se puede mantener independencia mental en cualquier
condición, porque la voluntad del hombre puede sobreponerse a las condiciones
más desfavorables; sin embargo, no es lógico suponer normalmente, una actitud
de voluntad extrema que, en circunstancias ordinarias, se sobreponga a las
presiones de carácter personal, cuando éstas son suficientemente fuertes como
para ejercer influencia decisiva en el juicio.
Por
otra parte, la utilidad de los servicios del auditor depende no solamente del
hecho de que él asuma una actitud de independencia mental, sino también, en
grado muy importante, de que las personas que van a utilizar el resultado de su
trabajo, crean que éste fue hecho con dicha independencia.
La
definición de las circunstancias particulares en que se considera que la
independencia mental del auditor se vea amenazada o que la confianza pública en
dicha independencia se vea comprometida, corresponde al Código de Ética
Profesional.
Independencia
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